Sea cual sea mi edad, te seguiré, como los obreros
que fuiste a buscar a la plaza,
a todas horas, para que trabajasen en tu campo.
Te seguiré aun cuando el mundo no comprenda
y a veces te desprecie
a quien se entrega completamente a ti.
Te seguiré para realizar la obra
que tú has comenzado
y quieres que nosotros, miembros tuyos,
llevemos a buen término.
Te seguiré con la prontitud de Pedro y de Andrés,
de Santiago y de Juan,
los cuales, dejadas las redes y a su padre,
se consagraron irrevocablemente a ti y a tu tarea.
Te seguiré
y no buscaré otro premio que tú
y tu amor, Dios mío. Amén.
sábado, 21 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hola!!
Vi tu comentario en mi blog y me alegra que lo hicieras, y aunque eso fue hace tiempo, queria escribirte para decirte que tu blog es muy interesante. No cualquiera escribe esas cosas tan bonitas :)
Que Dios te bendiga siempre!
Diego.LA
Publicar un comentario