Escucho a lo lejos un canto.
Es mi Caballero amado…
Es hermosa esa voz,
La voz obvia de los santos;
Pues nadie en la tierra se compara
Con el grandioso Rey,
El que invita a sus caballeros
No a luchar a la guerra,
Sino a dar a conocer
A Aquél caballeresco hombre
Que a la vez vale por “tres”.
Vamos, se pone en marcha,
Está llena de ilusión,
Ese hermoso caballero
Sí que apunta al corazón.
Un corazón inseguro se torna diferente,
Porque en él ya no vive el mundo,
Sino un hombre valiente.
Un secuestrador de los buenos
Que sonríe desde lo profundo.
Si con sus ojos pudiera mirar
Al Eterno Caballero Amado,
Respuestas de amor daría
Aquí y en todos lados…
Iria Agreda.
lunes, 12 de enero de 2009
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